lunes, 21 de abril de 2014

LLORO.




Lloro porque es la esencia del hombre interior,
Lloro porque mis pensamientos avanzan hacia la nada,
No pararía de llorar si mi mismo fuera descubierto en su totalidad,
Lloro porque yo mismo soy lágrimas de soledad enfermiza.

Lloro porque no sé desde donde viene la enfermedad,
Lloro porque mi pasado, es la oscuridad del horizonte,
Son mis silencios lo que el presente vislumbra,
Es mi inconsciente el que me hace débil.
Lloro porque mi conciencia es ligera al ver mi cuerpo,
Me siento desnudo a mis ojos que me juzgan por la tristeza,
Son mis ojos los que se niegan a llorar por las dolencias,
Pero es mi alma la que no dejar de descubrir la realidad,
Lloro solo por des abombar los pensamientos vitales.

Lloro sin poseer desolación ni mucho menos daños,
Lloro porque la acción poética me descubre la sensibilidad,
Soy un hombre frágil a la destrucción del mismo yo,
Aún más, lloro porque soy humano.

Lloro, no por mi si no por mi interior que a veces se atrofia,
No habrá quien pueda sanarlo, solo mi pensamiento metafísico,
Lloro porque veo desde el fondo, nacer la cura de la muerte,
¡ la vida! Eterna, con mis propios actos felices.

Lloro y no paro, porque muchas lágrimas hay
Para subsanar el mundo nihilista de mi existencia,
Sembrar la moral en la nada del interior del ego es cultivar vida,
Vida que se convierte en etos habitual.

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