Ya
para que extrañarte si te llevaste el recuerdo de lo bello,
Lo
hermoso de la amistad se fue al infinito,
Un
puñal traspaso el sentimiento de vivir alegres,
Hoy
no cesan las lágrimas por tu partida a lo desprovisto.
Ya
para que las lágrimas del dolor, si disecaron
con tu risa,
Si
vas a vivir una eternidad junto a mí, que sea feliz,
Hay
días, en los que la nostalgia invade el sentimiento,
Hay
días en los que el recuerdo alarma la alegría, del rostro.
Ya
para que el horizonte si le falta tu esperanza de vivir,
Los
sueños se volvieron irracionalidad del destino,
Tú
mismo eres ese fin sin límites en el corazón pávido,
falta el sol que armonice las veredas, haces
falta para animar.
Ya
para que las canciones si no las
escuchas, con armonía,
Y
ahora le canto al viento, para que te lleve mi salud,
Estas,
donde no sé, que existas, vienes, pero no te quedas,
Estos son los sonidos del silencio que no
quiero escuchar.
Ya
para que las poesías, si las inspiras cuando no estas,
La
palabra “te quiero” fue acallada, por miedo a la identidad,
Benditos
sean los sentimientos que te expreso en mis poemas,
Malditos
sea la tristeza de tener que escribir de esta forma,
Ya
para que un libro de tu vida, si no lo puedes leer,
Líneas
que describen tu luz brillar en el vientre,
Paginas
que borran una historia real y dura de comprender,
Ya
para que el libro que no se termina, porque desapareces,
Ya
para que un protagonista que mure y deja tristeza,
Sería
mejor no terminar la novela, para no llorar de nostalgia,
Ya
para que recordar las travesuras, si quedan en el limbo,
Ya
para que seguir escribiendo, si no voy a terminar de hacerlo.
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