La
que me enseña con su misma vida,
El
valor de amar incondicional a los demás,
A
respetar las diferencias comportamentales,
ejemplo
de cariño hacia los más pequeños.
La
que guarda en su interior, alma de niña,
Siempre
tierna y dulce, no pierdes la sonrisa,
Tu
inocencia de te lleva a perdonar incondicional,
Eres
pura como el cristal, eres hermosa como la niñez.
La
que con sus palabras suaviza los problemas,
Su
magia de hablar hace brillar el corazón de emoción,
Tu
inteligencia se plasma en la alegría de enseñar,
El
terror de la violencia se escabulle con tus abrazos.
Amorosa
de tu profesión formas a quien quiere vivir,
La
dirección pedagógica del espíritu es tu vocación,
Cambiar
el criterio de la sociedad es tu sueño,
Ternura
y pensamiento es tu deleite.
Rosas
de olor femenino se confunden en tu esencia,
Jardín
de ideas intelectuales, flores de conocimiento,
Fuente
de aromas celestiales, vives en el amor,
Te
hicieron perfecta en lo integral de la humanidad.
Pura
como la paloma de la paz,
increíble
como el don de ser madre,
Brillante
como los rayos del sol,
Cristalina
como la brizna del firmamento.
Mi
profe… la que no olvido por su magia de enseñar,
La
que no deja de ser, aunque esté ausente,
La
que quiero aunque no me responda las inquietudes,
Eres
tú, con tu humildad haces camino en mi interior.
Mi
profe… eres tu, ya haces parte de mi vida,
Has
escrito tu nombre en mi existencia, por eso eres mía,
Eres
mi molde, haya quiero llegar,
No
te pierdas, porque te llevas la luz que verdea el horizonte.