jueves, 20 de febrero de 2014

MI PROFE…




La que me enseña con su misma vida,
El valor de amar incondicional a los demás,
A respetar las diferencias comportamentales,
ejemplo de cariño hacia los más pequeños.

La que guarda en su interior, alma de niña,
Siempre tierna y dulce, no pierdes la sonrisa,
Tu inocencia de te lleva a perdonar incondicional,
Eres pura como el cristal, eres hermosa como la niñez.

La que con sus palabras suaviza los problemas,
Su magia de hablar hace brillar el corazón de emoción,
Tu inteligencia se plasma en la alegría de enseñar,
El terror de la violencia se escabulle con tus abrazos.

Amorosa de tu profesión formas a quien quiere vivir,
La dirección pedagógica del espíritu es tu vocación,
Cambiar el criterio de la sociedad es tu sueño,
Ternura y pensamiento es tu deleite.

Rosas de olor femenino se confunden en tu esencia,
Jardín de ideas intelectuales, flores de conocimiento,
Fuente de aromas celestiales, vives en el amor,
Te hicieron perfecta en lo integral de la humanidad.

Pura como la paloma de la paz,
increíble como el don de ser madre,
Brillante como los rayos del sol,
Cristalina como la brizna del firmamento.

Mi profe… la que no olvido por su magia de enseñar,
La que no deja de ser, aunque esté ausente,
La que quiero aunque no me responda las inquietudes,
Eres tú, con tu humildad haces camino en mi interior.

Mi profe… eres tu, ya haces parte de mi vida,
Has escrito tu nombre en mi existencia, por eso eres mía,
Eres mi molde, haya quiero llegar,
No te pierdas, porque te llevas la luz que verdea el horizonte.







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