Al final del túnel,
cuando se apague el brillo de mis ojos,
¿Quien llorara, Al
ver mi cuerpo estático?
Tel vez me dé
nostalgia dejar de pensar,
Me sienta triste no
volver a escribirme una poesía.
Al final del túnel,
cuando termine mi aliento,
¿Quién gemirá por mí,
al verme inhábil?
Yo estaré triste por
tu partida, alma pensante,
Ya no volveré a sonreír
por la subjetividad filosófica.
Al final del túnel,
cuando de fragilidad no me levante,
¿Quién suspirara al
verme vencido en la lucha por existir?
Yo espíritu de
voluntad, que en tantas ocasiones te lleve al éxito.
El ánimo del problema,
se quedó en solo acto.
Al final del túnel,
cuando hinque mi cuerpo en el fango,
¿Quién encarnara la
tristeza en su corazón?
¿Mi novia, porque
extrañara mi ternura al persuadir?
¿Quién sabe, si mis
palabras y comportamientos la conmovieron?
Al final del túnel,
cuando me cubra el terreno frio,
¿Quién me extrañara,
en las noches de invierno?,
¿Mi madre que me cubrió
con su vientre y me amamanto?
Espero que mi
pequeñez me ayude a ganarme su interés.
Al final del túnel,
en vísperas de dejar la humanidad,
¿Quién me recordara,
por mis capacidades integrales?
Felipe Ruiz y Ángela
Castañeda admiradores de mis locuras,
Andar filosofando
hace de la amistad una guerra interna.
Al final del túnel yo
te extrañare cuerpo mío,
Ya no vamos a ser la
dualidad del conocimiento en la sociedad,
Tu estarás inerte y
yo en el limbo de la imaginación,
Ya no tengo esencia,
porque tú ya no piensas.
Al final del túnel tu
estas feliz,
Ya no tendrás un
enemigo más, por mi nietzscheidad,
Porque en muchas
ideas tu hundí para revivir en el tiempo,
Y te reemplace por el
arte de hacer poemas filantrópicos.
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